martes, abril 12, 2005

Comenzando

Hoy empiezo, como siempre, empujado más por Viçens que por mi mismo, y no me importa mucho, es algo que con el tiempo he aprendido, que casi siempre me muevo por impulsos que no siento mios, o son de otras personas o son de mi lado borde, le llamo así porque siempre me hace dudar, si decido algo pronto pienso …” alcalde tonto decide pronto”…, y si me cuesta mucho decidir.. …”ya estamos dandole vueltas a la matraca”, ese tipo de cosas incomprensibles.

No pretendo sentar catedra ni darmelas de listo, simplemente quiero compartir las situaciones que me llevan a vivir mi pasión, SI, mi pasión, a mi me gusta el trabajo que hago, porque siento que me aporta algo más que el dinero, o el reconocimiento,… a mi el trabajo me hace sentir bien, y no quiero decir que todo lo que hago me gusta, porque hay cosas que no, pero la mayoría sí.

Desde hace mucho tiempo estoy en el mundo laboral y he pasado por muchas situaciones, no se si tengo mucha experiencia, porque en estos quinze años, he pasado por varios puestos y en muchos casos, he repetido operaciones y trabajos, pero hay un referente que siempre queda en cada una de las cosas que hago, la mayor dificultad esta en las personas, pero de la misma forma las personas el mayor de los recursos que tengo.

Como no soy muy ordenado, aunque si exigo orden, y como tampoco me comunico muy bien, aunque exigo que se me comuniquen bien las cosas, voy a tratar de exponer experiencias, anécdotas, sentimientos , que me han llevado a ver las cosas de otro modo, a alcanzar el éxito y aprender de fracaso en otros muchos, en resumen necesito contar todo lo que he vivido, como una forma de expresar la gratitud de los que han estado delante, detrás y a mi lado , ayudandome a sentirme bien.

Mientras dure este impulso, como decia Alejandro Rubert…; “arrancada de caballo y parada de burro”, trataré de lanzar a todo el que quiera escuchar, lo que me ilusionaba, y lo que me ilusiona…, en definitiva mi búsqueda de algo mejor.
No se quién decia, ….” No búsco la felicidad, no soy pretencioso, solo pretendo alcanzar la serenidad…”… , casi nada, pero como en el cuento de la rana de Jorge Bucay, no voy ha dejar de patalear hasta que me quede un aliento de vida.

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